domingo, 6 de septiembre de 2020

UN NIÑO LLAMADO JUAN

Hace algún tiempo que quiero escribir sobre un niño, y dado que este es el mes de la sensibilización del TDAH, aprovecho para contaros una historia. Pues bien, el niño del que os voy hablar, del cual no voy a revelar su nombre, para salvaguardar su intimidad. Se trata de un niño que pondremos por nombre Juan, de 8 años diagnosticado por TDAH.
Me gustaría explicar en unas lineas el amor y cariño que siento por Juan y quisiera plasmar mi trayectoria como profesional y también personal que he tenido con él.
Hace exactamente 2 años, me llamo una madre para que le diese clases de refuerzo a su hijo, bien, hasta aquí todo normal, podíamos hacer deberes o cualquier cosa que se me ocurriese, con tal que su hijo mejorase tanto a nivel academico como a nivel emocional.
Tras la entrevista que mantuve con la madre, por cierto, muy documentada con el Trastorno de su hijo, llego el dia de conocer a Juan.
Sabía de antemano que no era un niño fácil, la madre así me lo expuso, y también tenía muy claro que el primer dia de contacto iba a marcar nuestra futura relación. Así que me preparé a conciencia nuestro primer encuentro, me describiré como creo que fue, aunque esto tal vez se lo deberíamos preguntar a Juan. Voy a resumir muy brevemente como me presente ante Juan, fue una cosa así como "la señorita Rottenmeiller", le explique porque estaba allí y cuál era mi objetivo. Mi semblante era serio, con voz firme y muy distante. Aquella relación era puramente profesional.
Pero no os asustéis, ya he dicho, que me preparé a conciencia nuestro encuentro, porque esto luego cambio.
Supongo que os preguntáreis porque mi comportamiento fue ese, si no es mi forma de ser. Pues bien, yo tampoco lo tenía muy claro, tan solo sabía que el niño era muy movido y que rapidamente cogía confianza. Y una vez cogida la confianza, todo el castillo de arena que se habia construido, enseguida se derrumbaba porque Juan pasaba a tomar el control de la situación.  Y quería marcar distancia.

Poco a poco nos fuímos conociendo, ibamos trabajando en la medida de lo posible porque él era casi incapaz de estar 10 minutos haciendo una tarea. No diré que el trayecto ha sido fácil, porque no lo ha sido, ni para él, ni para mi ni para sus familiares.
Desde mi punto de vista, Juan ha recibido y continua recibiendo el apoyo incondicional y de esfuerzo por parte de sus padres, ellos ponen todos los medios para acudir a los mejores médicos y a las mejores terapias. Tengo constancia que su peregrinaje por todos ellos ha sido inmenso. Pero no voy hablar de lo que han hecho sus padres sino de mi trayectoria con él.

A medida que nos ibamos conociendo, me dí cuenta que Juan, a pesar de su carácter fuerte y desafiante, lo que necesitaba no era distancia, era todo lo contrario, Juan necesita cercanía. Es un niño muy absorbente que quiere toda la atención ¿pero porque creéis que necesita tener el control de la situación? porque es el único modo que tiene de sentirse seguro allà donde vaya. Pues bien, conmigo tiene y tendrá siempre mi mayor atención hacia él pero siempre y cuando él me responda con sus bueno modos y buen comportamiento.
Pues bien, después de 3 años junto a él, debo decir que hemos conseguido grandes logros, ahora tenemos a un Juan que puede estar prácticamente 45 minutos trabajando (cambiando constantemente de actividades, pero trabajando). Digo que es un logro porque como he dicho anteriormente Juan era incapaz de estar 10 minutos haciendo deberes o cualquier tarea que se le plantease. Y ¿como hemos ido trabajando este aspecto? pues desde el cariño, facilitandole herramientas para que él pudiese controlar sus momentos de nerviosismo como puede ser prácticar la relajación o llegar a entender a traves de cuentos con fábulas lo que nos ocurre, porque somos así y porque nos comportamos de cierto modo.
No negaré que en muchas ocasiones esto no funcionaba, ya sabeis que todo depende del estado de animo de los que nos haya ocurrido durante el dia. ¡Todos tenemos un mal dia! y yo también!

Hemos pasado buenos momentos, muy buenos, malos y muy malos pero al final siempre florece la comprensión.

















No hay comentarios:

Publicar un comentario